sábado, 29 de diciembre de 2012

Los gobernadores de la naturaleza



(En la foto: el Papa Pio XII)

‎"La crisis ecológica no viene sola, sino que acompaña una crisis antropológica, cultural y moral"

Cardenal Odilio Pedro Scherer 



Alguien con sólo dos dedos de frente podría inferir del comentario del Cardenal Scherer que el deterioro ambiental estará acompañado por un deterioro de las costumbres en una nación... pero, en este artículo prestaremos atención a la causa que precede a cualquier tipo de deterioro: el desorden.

Se podría entender que la destrucción del ambiente ocurre al mismo tiempo que la perversión de la moral social, más , también puedo interpretar en el espíritu de estas palabras, como si la perversión de la sociedad generaría un desorden en la creación. Y, si quiero elevar más aún mi investigación sobre las causas de este  escenario adverso, deberé tener presente la razón de ser del desorden de los estados naturales, y deberé buscar la respuesta no en el campo de las causas materiales -ni sólo en el ámbito de la mera psicología humana- sino mas bien tendré que elevar los ojos ante la ciencia que estudia las causas invisibles de todas las cosas, y dirigirme mi atención hacia los seres que gobiernan las leyes de la Naturaleza: los ángeles de Dios.

Los ángeles son espíritus creados por Dios para distribuir su soberanía en el Universo. A cada ángel se le otorgó una competencia para gobernar una específica función en las leyes que componen al Universo visible e invisible. No voy a escribir sobre la función de cada Jerarquía angélica, además no mucho se ha escrito dentro de los márgenes de la excelsa ortodoxia sobre el tema. 

En la Jerarquía angélica tenemos en el lugar menos iluminado a los ángeles. Su función en la sinfonía celeste consiste (como su nombre lo dice) en ser mensajeros de las palabras de la divinidad. Tenemos en asientos superiores a los Principados, encargados de conducir el destino de las naciones, de sus ejércitos, la guerra y la paz. Los Tronos se encargan de cargar el trono del Altísimo y al mismo tiempo de conservar la arquitectonía de Universo. Así, en los nueve círculos angélicos narrados por Pseudo-Dionisio en su obra De Coelesti Hyerarchia, a cada círculo le es asignada una misión.

Los Principados angélicos pueden tomar venganza por los pecados de una nación y castigarla con desastres naturales o sequías. Ellos, administran los ciclos de la naturaleza y procuran su buen funcionamiento; el calentamiento global, las tormentas solares, los terremotos, tsunamis... son dependientes de estos ángeles gobernadores... Ellos tomarán venganza cuando una nación ha violado la vocación que Dios le designó y en especial, cuando las naciones se han abandonado a los vicios que ha incitado su tentador, el demonio.

Después del Juicio Final, las naciones no irán ni al Cielo ni al Infierno, simplemente desaparecerán... en consecuencia, el premio o el castigo para las naciones se encuentra aquí en la tierra, aquí vivirán su Cielo o Infierno dependiendo de su obediencia a su Ángel Principado. Procuremos siempre invocar la sublime protección de los hijos de la sublimidad, pongamos atención a sus bellas palabras que encierran el misterio de la existencia humana y la misma existencia de los Estados. Tal vez algún día ganemos la Gracia de comprender el lenguaje de los ángeles que se manifiesta en la belleza que Dios estableció en la vasta creación: El Orden del Universo.


Salve María!



Consulta: http://es.gaudiumpress.org/content/39693-La-tormenta-solar-y-los-Angeles-de-Dios-




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