miércoles, 31 de agosto de 2011

La Higuera Maldita


(Muerte de Judas, 
San Lázaro de Autun) 

Numquam ex te fructus nascatur in sempiternum


Nuestro Señor, la mañana temprano, mientras regresaba a la ciudad, tuvo hambre. Al ver una higuera cerca del camino, se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo: «Nunca volverás a dar fruto». Y la higuera se secó de inmediato.

Nuestro Señor, en su infinita Misericordia, vino con su Bondad a curar a los enfermos y así dar esperanza de la Salvación, porque en todas partes hacía bien y en ninguna mortificaba a nadie y conviniendo, por lo tanto, dar a conocer su poder de castigar, no quiso, sin embargo, demostrarlo en los hombres sino en la Higuera estableció el castigo que les espera a los contumaces: Nunca Volverás a dar fruto.

Esto les ocurrirá a los obstinados en el error, a los que practican la iniquidad a pesar de que su conciencia los persigue, porque ellos son fugitivos de la Ley, como el homicida que huye al perpetuar el crimen, vuelven al lugar del delito.

"El higo, por la multitud de sus granos reunidos dentro de una misma corteza, representa la reunión de muchos Fieles. Jesús no encuentra en ella más que hojas, esto es tradiciones farisaicas y jactancia de la ley sin frutos de verdad." Pseudo- Crisóstomo

Estériles, áridos como un desierto...


A continuación Nuestro Señor nos indica como, con un poco de Fe, Ordenar al Monte que se arroje al Mar. En cada uno de los Infieles, Traidores, existe un Monte, ordenado como una pirámide, según el nivel de su iniquidad, que es arrojado al Mar, esto es el Abismo, por Orden de los Hijos de Dios. Es en los Hijos de Dios, imperfectos pero fieles, donde Nuestro Señor Obra sus maravillas, renueva la faz de la tierra, fecunda la tierra amante.

La leyenda cristiana Nos cuenta que fue en una Higuera donde Judas se aniquiló, S.Pedro nos dice: "colgó, cayó de cabeza y su cuerpo se abrió dispersándose sus entrañas."

Nos cuenta Rábano que el Traidor se colgó para manifestar que era despreciado en el Cielo y en la Tierra, su alma quedó en el medio de los dos mundos, el dominio de lo preternatural, el dominio del demonio y de la serpiente.
Su remordimiento no le bastó para pedir perdón y huyó, "porque el que huye vive" erróneamente pensó.
Este es el final de los fugitivos, los que huyeron a la Ley de Dios que está impresa en nuestros Corazones.
Vuelve al lugar del delito.

El campo donde murió se lo llama hasta ahora el Campo de Sangre, en donde se encuentra la tierra comprada con el precio de la sangre derramada por el homicida, sembrada por su sangre y sus entrañas, donde crece la higuera estéril en espera del traidor que cuelgue nuevamente de ella, en el eterno retorno.


Pidamos a Nuestra Señora la Gracia de la Fidelidad hasta las últimas consecuencias y la Gracia de la Fecundidad para con sus Hijos.

SM!!!!!


Y tu carta es...

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